DECALOGO DEL BUEN CIUDADANO
“Creando conciencia cívica y ética”
a) Respetar las leyes y normas que rigen la vida de la sociedad
El buen ciudadano entiende las leyes y normas establecidas como instrumentos necesarios para el bien de la comunidad; las cumple no como una obligación impuesta desde fuera, sino como una necesidad sentida desde la misma persona; es escrupuloso en su cumplimiento, sin sentirse condicionado por la vigilancia de la autoridad o posibles castigos; antepone siempre el orden regulado por las leyes a la comodidad o ventajas personales; vive la observancia de las leyes como una expresión de su respeto a los demás.
b) Cumplir con las obligaciones de Hacienda
El buen ciudadano contribuye escrupulosamente al erario público: cotiza responsablemente a Hacienda y pagando a su tiempo los impuestos vigentes; considera el defraudar a Hacienda un delito económico, social y moral; contribuye al bienestar social según sus posibilidades económicas; evita gastos superfluos o indebidos a la Administración o al Estado.
c) Observar fielmente las normas de Tráfico
El buen ciudadano es cumplidor observante del Código de Circulación y de las Leyes de Tráfico: cuida escrupulosamente las normas de circulación, especialmente la velocidad, los adelantamientos, el stop, los pasos de cebra; no conduce temerariamente, ni bajo los efectos del alcohol, drogas, etc; respeta a los otros conductores, reconociendo sus derechos y preferencias y evitando insultos y discusiones con ellos; tiene un cuidado especial con los niños, ancianos, ciclistas y cualquier otra persona que circula más indefensa por la vía pública.
d) Ayudar en la conservación de la Naturaleza
El buen ciudadano participa comprometidamente en la defensa y mantenimiento de la Naturaleza: valora la Naturaleza como algo fundamental y único para el presente y el futuro de la humanidad; adopta siempre actitudes y conductas positivas para la defensa y protección del medio ambiente; colabora con organismos y movimientos auténticamente ecologistas, denunciando y actuando, si es preciso, contra acciones y proyectos nocivos para la Naturaleza; es capaz de transmitir a los demás, sobre todo a los niños y jóvenes, sensibilidad y compromiso por el medio ambiente.
e) Votar responsablemente en las elecciones
El buen ciudadano participa con responsabilidad en las elecciones convocadas por la sociedad: se informa debidamente de los programas que presentan los diversos partidos o grupos políticos; reflexiona, en profundidad, sobre las necesidades más importantes y urgentes de la sociedad; analiza las características políticas y morales de los distintos candidatos; emite su voto responsablemente, en conciencia y con sentido práctico; respeta todas las opciones democráticas y los resultados de las elecciones.
f) Ser sensible con los más necesitados
El buen ciudadano es muy sensible a las necesidades de las personas de la sociedad ordinariamente más indefensas: los niños, que necesitan un ambiente y unas atenciones especiales para ir abriéndose a la vida y progresar en el desarrollo de su personalidad; los ancianos, que necesitan cuidados y compañía para afrontar con la mayor paz y dignidad los últimos días de su vida; los enfermos, que sufren física y psicológicamente y necesitan las mejores atenciones para recuperar su salud y su vida; los marginados, que necesitan integrarse de nuevo en la sociedad superando las dificultades y carencias que padecen.
g) Huir de la agresividad y de la violencia
El buen ciudadano procura siempre evitar la agresividad en sus comportamientos y relaciones con los demás: no se impone nunca a los otros por la fuerza, la violencia o el daño físico; no emplea la violencia verbal o los insultos al comunicarse con los otros; nunca utiliza un tono amenazante, impeditivo, ante las otras personas; evita también la burla y el desprecio a los demás; condena y rechaza, por sistema, toda manifestación de agresividad.
h) Actuar con sentido de solidaridad
El buen ciudadano es una persona abierta a las necesidades de los demás, colaborando en la medida de sus posibilidades a su solución: se interesa por conocer los problemas y necesidades más urgentes de las personas y grupos que viven el propio entorno; conoce también los grandes problemas y necesidades de la humanidad; adopta, en su vida ordinaria, actitudes solidarias con los demás; se compromete con alguna organización o proyecto de solidaridad.
i) Desarrollar un verdadero compromiso social
El buen ciudadano debe ser un miembro activo de la sociedad a la que pertenece, desarrollando un compromiso social serio, según sus características y opciones personales: en el campo de la política, en el mundo del trabajo, en el centro escolar, en el ámbito de la comunidad de vecinos, y en las actividades culturales, recreativas o de otro tipo del barrio o de la localidad.
j) Valorar los pequeños detalles
El buen ciudadano reconoce el valor de los pequeños gestos en las relaciones con los demás y sabe dar toda su importancia a los pequeños detalles: se interesa por los demás, por las personas que encontramos habitualmente en la vida; reconoce lo que otras personas hacen por nosotros; no molesta a nadie; es ser servicial, cuando trabaja para los demás; derrocha simpatía y bondad especialmente con los más cercanos (hogar, trabajo y amigos).